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¿Qué es MFC?

El MFC es un lugar donde encontramos una experiencia de fraternidad: sabemos que somos hermanos y nos tratamos como tales, con cariño, con paciencia, con admiración por las cualidades del otro. Aquí hallamos también una experiencia de Dios, que se manifiesta entre nosotros, llenándonos de su Espíritu, congregándonos en Cristo. Y al ser experiencia de Dios y de la Iglesia es un lugar de conversión, pues en el MFC sentimos el deseo y la fuerza para convertirnos.


En el MFC descubrimos y vivimos los valores personales, conyugales y familiares en su dimensión humano-cristiana, aprendemos a servir no solo a nuestra familia sino a toda la comunidad, por esto el Movimiento Familiar Cristiano es instrumento de Pastoral Familiar. En nuestro Movimiento queremos ayudar a cada persona, a la pareja y a cada familia a que descubran lo que en su vida personal, en su matrimonio y en su hogar los humaniza y los convierte en mejores personas, en discípulos más fieles de Nuestro Señor Jesús.


Queremos ayudar a cada uno a descubrir lo que para Él es valioso. Muchas veces estamos tan acostumbrados a las bendiciones que el Señor nos ha otorgado, que las damos por sentadas y no nos detenemos a apreciarlas, agradecerlas y mucho menos merecerlas.


Y, ¿cómo vamos a lograr ese avance, esa maduración? Será mediante el trabajo y la constancia. Vivimos tres niveles, cada uno de ellos dura un año. En el Primer nivel estudiamos y reflexionamos acerca de temas relacionados con el desarrollo personal; en el segundo nivel con temas relacionados con la vida conyugal; en el tercero, con temas que nos hacen convivir con la familia y la comunidad. Trabajamos en equipos de 3 a 6 matrimonios, coordinados por un matrimonio promotor. Nos reunimos cada quince días, rotando nuestra cita en casa de cada uno de los integrantes del equipo, dándonos la oportunidad de abrir nuestro hogar y nuestro corazón con sencillez y buena voluntad. Previamente a la reunión cada uno hemos estudiado y reflexionado de manera personal un tema determinado, apoyándonos en la palabra de Dios y en documentos de la Iglesia, luego compartimos el estudio y hacemos un diálogo, llegando a un diálogo con la familia, y como nuestra familia no está aislada sino en una comunidad, también llegamos a un diálogo con la comunidad en la que vivimos. Una vez en la reunión se nos da la oportunidad de compartir nuestras experiencias con otras personas.

 

EL M. F. C. y sus raíces

Apenas unos meses antes del inicio de la segunda guerra mundial, el Abate HENRI CAFFARELL fundó en 1939, en la ciudad de Paris “Los Equipos de Nuestra Señora” siendo estos grupos un “movimiento de espiritualización conyugal y familiar” que pretendía la re-cristianización de la familia. Los equipos se dedicaban a labores apostólicas directamente, pero muchos de sus miembros lo hacían de manera individual.

EL M. F. C. en América

En el año de 1947 surge en los Estados Unidos de Norteamérica un movimiento inspirado por el francés, pero adaptado a las circunstancias de ese país, con el nombre de “Christian Family Movement” con sede en Chicago.
EL M. F. C. en Latinoamérica


En 1948, en Buenos Aires, un grupo de señoras de la “Liga de Madres”, invita al padre Pedro Richards para que les hable del mensaje de la Virgen de Fátima y se vio que era necesario que esto mismo se hiciera con sus maridos conjuntamente, puesto que se hablaba de la familia.


Por primera vez dentro de un movimiento de laicos se promueve el apostolado familiar y la espiritualidad conyugal, en contraposición a los apostolados paralelos de los Movimientos de Acción Católica de la época.


Así fue que el 25 de Noviembre de 1948 se conforma el primer grupo de matrimonios en América Latina, con el nombre de “MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO”, obteniendo la aprobación del Cardenal SANTIAGO COPELLO, Arzobispo de Buenos Aires, el 13 de Diciembre del mismo año.


Se anticipa al Concilio Vaticano II , con algunas ideas que se vivían en la Iglesia, como fue el anhelo de buscar una más activa participación del laico. Revalúa la fuerza de la pareja en su vocación a la santidad y en su acción evangelizadora, sirve de promoción de los valores de la mujer, integra en equipos a Sacerdotes y Matrimonios formando conciencia de comunidad eclesial, y extiende su acción hacia la conciencia de la necesidad de preparación al matrimonio. Se expande apostólicamente por todo el Continente, inquietando a grupos de matrimonios en todos los países en actitud de búsqueda, de fraternidad, de hospitalidad, en forma verdaderamente inspirada en el carisma olvidado de la familia.


Una de sus principales fuerzas está en la creación de un movimiento de laicos con unidad latinoamericana, que nace y crece con fuerza propia en cada país, pero con una necesidad sentida de unirse con familias de otros países. Los fundadores del MFC iniciaron este trabajo, el cual fue continuado por sus sucesores y esto trajo como consecuencia que esta necesidad de unidad eclesial se explicitara en Encuentros Latinoamericanos y en Asambleas de Presidentes, las cuales han servido de motor y de jalón a todo el MFC de Latinoamérica marcando pasos, líneas y criterios, y acrecentando su mística y su sentido de pertenencia a la iglesia.


El MFC se extiende en Latinoamérica gracias al carisma apostólico y al esfuerzo misionero de tres matrimonios Uruguayos: los SONEIRA, los GELSI y los GALLINAL y del padre PEDRO RICHARDS, quienes lo propagaron por todo el continente.


El 30 de Junio de 1957 se reúnen en Montevideo, Uruguay, un Grupo de matrimonios y asesores de siete países, realizando así e1 Primer Encuentro Latinoamericano y la Primera Asamblea de Presidentes Nacionales en la que se acordó la creación del SECRETARIADO PARA LATINOAMERICA “SPLA”, el cual estará encargado de coordinar, promover y difundir el MFC en el continente y fueron nombrados como sus primeros Presidentes FEDERICO Y HORTENSIA SONEIRA.

EL M. F. C. en México

Jesuita FRANCISCO MARIN, quien estando como misionero en China conoció a un matrimonio miembro de los “Equipos de Nuestra Señora” de Paris. A su regreso de China, el Padre Marín se hizo cargo de las Congregaciones Marianas en la Ciudad de México y fue a los miembros casados de estas Congregaciones, con el apoyo decidido de MANUEL Y HERLINDA GONZALEZ FLORES, a quienes inicialmente invitó el sacerdote a formar grupos de matrimonios parecidos a los de “Nuestra Señora de Paris". Los matrimonios acogieron muy bien la invitación del Padre Marín y en poco tiempo el grupo fue muy numeroso.


Aproximadamente un año más tarde, el Padre LUIS G. HERNÁNDEZ se encontró con una situación parecida: TERESA OLIVERA, miembro de Acción Católica, visitó Paris y conoció los “Equipos de Nuestra Señora”. A su regreso a México habló con RAFAEL Y CONSUELO GONZÁLEZ RIVAS, a quienes ofreció poner en contacto con el matrimonio POULIN, miembro de los grupos de Paris y quienes estarían en México para esas fechas. Los González Rivas invitaron a otros matrimonios para la reunión con los Poulin, surgiendo de allí la iniciativa de hacer algo parecido a lo que se desarrollaba en Francia. El Padre Hernández estuvo de acuerdo en asesorar al grupo y participar en sus reuniones.


Fue así como se formaron dos grupos de matrimonios con antecedentes educativos, formación religiosa y expectativas familiares muy semejantes, pero completamente independientes entre sí, creciendo ambos grupos en forma paralela.


En Agosto de 1958, por iniciativa de Acción Católica, ALEJANDRO Y MARGARITA RANGEL promovieron la visita a México del Padre PEDRO RICHARDS así como de FEDERICO Y HORTENCIA SONEIRA, en ese tiempo Asistente y Presidentes Latinoamericanos del MFC. Por otra parte la Acción Católica ya había iniciado las gestiones para establecer un “movimiento de la familia en México”, alrededor del año 1957. El Arzobispo de Guadalajara y Presidente de la Comisión Episcopal para el Apostolado Seglar, Monseñor JOSE GARIBI RIVERA, le pidió al Padre Richards que impartiera un retiro al que asistirían los Grupos de los Padres Marín y Hernández. En esta y otras reuniones posteriores, tanto el Padre Richards como los Soneira, hicieron ver a ambos grupos, que tenían mucho en común y con el MFC Latinoamericano, de manera que los invitaron a fusionarse y a pertenecer al MOVIMIENTO. La idea fue aprobada y en Agosto de 1958 se unieron los grupos y adoptaron el nombre de MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO.
A partir de esa fecha el Movimiento Familiar Cristiano tiene presencia en México.

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